La tradición de los ex-votos existe en casi todo el mundo católico. El acto de agradecer y de estar en paz con lo prometido al santo, virgen o patrono tiene raíces que se remontan al principio mismo del cristianismo. Existen, sin embargo, países en los que los ex-votos ( es decir, la acción de agradecer) es mucho más visible, heroica y bella.
Particularmente me conmueve la manera en la que en América Latina se agradece por los milagros o las promesas realizadas y cumplidas: peregrinaciones, visitas, donaciones y regalos son parte del folclore de nuestra hermosa cultura latina que espero jamás se pierda. En México, particularmente, existen estas placas de chapa muy sencilla y simple con que las personas agradecen por los pedidos realizados y cumplidos. La mayoría de las veces estas placas se encargan a pintores de ex-votos, explicándoles cuál es el motivo del agradecimiento. En la primer placa (1964) el señor agradece de ya no sufrir de migraña a San Judas Tadeo; y en la segunda placa (1971) otro señor agradece a San Francisco de Asís porque una culebrilla no lo picó.
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