Muchas veces me preguntan qué libro o libros recomendaría para empezar a leer sobre coleccionismo como disciplina. Y siempre contesto lo mismo: no doy consejos ni recomendaciones sobre nada ni a nadie. Pero igual, suelo nombrar este libro To have and to Hold porque es ameno, describe muy bien el recorrido histórico de la técnica y disciplina de coleccionar, y tiene una base teórica y ensayística muy interesante.
Leyendo este libro aprenderán, por ejemplo, que dentro del coleccionismo de arte la técnica expositiva y sus catalogación cronológica, por estilo, forma y género surgió a finales del XVIII de la mano de Vivant Denon, director general de museos durante Napoleón.
También podrán descubrir y aprender sobre cómo y qué coleccionaban los egipcios, griegos y romanos. De cómo en la edad media surgen los gabinetes de curiosidades, de cómo las nacientes universidades cumplen un rol crucial en la democratización del conocimiento y en el estudio de las piezas exóticas llegadas de tierras lejanas, de cómo en el siglo XIX el concepto de coleccionar cambia desde lo privado hacia lo público con la masificación de los museos y de cómo todos nosotros, de una u otra manera, coleccionamos algo.
Blom nos cuenta que en el siglo XXI los coleccionables contemporáneos son de producción masiva y que la representación simbólica de los objetos cambia o se modifica; y también señala que la valoración es meramente personal, es decir, que para mí un objeto puede llegar a tener una significación particular que no coincide con la de otras personas. Hay algo claro en todo esto: la mayor parte de las veces los coleccionables no se fabrican para ser usados y por lo tanto son objetos inútiles y en el que lo único importante es lo que representa y significa para quién lo colecciona.
Blom también sugiere que los coleccionistas necesitan construir una estructura que sostenga el andamiaje teórico y práctico de aquello que poseen. Y algo muy importante que el autor enfatiza: la relación de amor entre coleccionistas y objetos coleccionados, pues esos objetos nos llenan de satisfacción, son como un amante que no nos engaña y que nos satisfacen en la consumación del deseo hasta que en un momento sentimos la necesidad de ir a por otro objeto más. Entonces, y dados los planteos de Blom, ¿el coleccionismo es un hábito que nos llena en lo existencial porque tenemos otras falencias afectivas?, ¿el coleccionismo es una obsesión, una actividad para fanáticos, una pasión descontrolada, una tiranía de nuestro sistema económico global?
Como ven, Philipp Blom (que es un historiador, novelista, investigador, traductor y ensayista alemán nacido en 1970) abarca muchos temas muy interesantes desde lo histórico, los sociológico y psicológico, y deja no pocos interrogantes sin desarrollar (lo cual está bien, a mí me gustan los escritores que dejan dudas en sus lectores). Este libro se lee muy rápido y fácil, y me parece que es un must have en las bibliotecas especializadas sobre coleccionismo.